Ir al contenido principal

Eragon de Stefen Fangmeier

¡Atención, estudiantes de cine del mundo! Eragon, la película basada en el bestseller de Christopher Paolini, se acaba de volver parte importante de sus actividades curriculares. Es el mejor ejemplo, a últimas fechas, de cómo NO se debe hacer una película.

Una pequeña nota para los devotos de la novela: no la he leído, y dado el resultado de la película, dudo mucho hacerlo. Sin embargo, me parece justo decir que cabe la posibilidad de que la novela sea al menos pasable y en realidad sólo la adaptación sea lo que conforma una parte de esta receta para un fracaso más en la historia del cine fantástico.

Eragon cuenta la historia de un granjero homónimo, elegido para revivir la vieja orden de caballeros monta–dragones, salvar al mundo de la opresión y acabar con el Imperio del mal. Si esto suena a calca vil de la premisa de Star Wars (1977) es probablemente por que lo es. En éste pésimo debut como director, Fangmeier incluso alcanza a homenajear la serie de Lucas con algunas tomas, que resultan más bien una burla grotesca de original.

Pero mejor vayamos por partes. Eragon es una pésima película porque consigue fracasar en todos y cada uno de los aspectos que conforman cualquier cinta. En primer lugar, están los talentos de los actores vilmente desperdiciados; tanto John Malkovich como Jeremy Irons y Robert Carlyle interpretan una burda parodia de sus papeles más afortunados, y los jóvenes Sienna Guillory, Edward Speleers y Garrett Hedlund se confunden, pensando que en realidad están grabando una nueva versión de Beverly Hills 90210.

Las labores actorales se vuelven aún más patéticas, en segundo término, gracias al espantoso guión de Peter Buchman, que se las arregla para que todas las frases de la película suenen a cliché, en el mejor de los casos, o a que sólo existen para llenar las dos horas y media de tortura que comprende esta película. El mejor diálogo de Jeremy Irons es “Tres partes tonto, una parte valiente” y el de John Malkovich, “Sufro sin mi piedra. Tráemela. No dejes que sufra”.


Tampoco ayuda, en tercer lugar, que la dirección de arte, el maquillaje y el vestuario de la película haga de esta cinta “épica” parecerse más bien a un capítulo con demasiado presupuesto de los Power Rangers. Después de las cuidadas producciones de El Señor de los Anillos (2001, 2002, 2003) y Troya (2004) el espectador no puede imaginarse este descuido como una falta de respeto. Incluso cintas como Willow (1988), de un tiempo en que el cine fantástico era de facto un cine de bajo presupuesto, tiene una ambientación más cuidada.

Si los aspectos anteriores son terribles, el siguiente, la edición, es causa de risa. Hay tantos errores de continuidad que no vale la pena ponerse a contarlos. Los personajes pierden y ganan heridas, cicatrices, caballos y hasta escenarios diferentes. Gracias a la espantosísima edición, la cinta se vuelve casi incoherente. Si Eragon fuese una película compleja, eso quizá hubiera sido tan notorio. Con una trama tan sencilla, es imposible no darse cuenta de los errores y la falta de oficio.

Por último, pero también lo peor, el director Stefen Fangmeier no debería de volver ninguna otra cinta en su vida. Su trabajo con la cámara es deplorable. No sabe donde colocarla, donde moverla, ni como establecer un plano desde el cual la acción pueda fluir. Es claro que sus fallas como realizador ayudan a que fallen también el resto de los aspectos de la película.

Obviamente, se podría pensar, como en muchas películas de Hollywood, que los efectos especiales podrían salvar a Eragon. Tristemente, este no es el caso. En el mejor de los casos, las imágenes computarizadas de los dragones, se logra un efecto aceptable, en los peores casos, los efectos especiales parecen retroceder veinte años en el tiempo, y en una escena memorable por mala, dignos de El chapulín colorado u Odisea Burbujas.

Evítenla como al recaudador de impuestos.

Comentarios

Tankostro dijo…
Me he reido mucho con tu critica en verdad, yo aun no veo la pelicula pero he visto los trailers y al ver a ese dragon tan... como decirlo... mediocre y sentimental se me revuelve el estomago.

Me ha gustado la parte en la que mencionas a Willow, una de mis peliculas mas ñoñas favoritas. ^_^

Entradas más populares de este blog

¿Qué hace a un cuento?, 1

En el blog de Federico Escobar se ha abierto una pequeña polémica en torno al premio Juan Rulfo 2009 , otorgado por Radio Francia International. El premio lo obtuvo el argentino Mariano Pereyra Esteban por «El metro llano» , con la novedad de que la organización ha puesto disponible el cuento ganador para su descarga. (Huelga decir que sería un buen momento para leerlo antes de seguir leyendo.) La nota expresa su extrañeza a que dicho texto haya ganado el premio. En los comentarios del blog el autor del cuento responde a los cuestionamientos de manera bastante mesurada y acertada, a mi parecer. Gracias a esta actitud es posible entender que por sobre las reticencias de Escobar se encuentran visiones opuestas de lo que debería ser un cuento. Dice Escobar: Ahora, sí creo que el cuento pretendía ser humorístico, tanto como pretendía ser artificioso en el lenguaje. Creo que cualquiera que lea el cuento estaría de acuerdo con que está escrito en un registro humorístico; cuando dije que el t

La noche boca arriba: el juego

La noche boca arriba es un juego de rol para dos personas, que necesita de lápiz, papel y un mazo de cartas. Un juego de rol basado en el cuento de Julio Cortázar: A veces, Jorge es un candidato a paciente de psiquiátrico, pero otras veces lidera un batallón de caballería enfrentado al ejército inumerable del Rey No Muerto. El propio Jorge sospecha que sólo una de estas realidades puede ser auténtica… ¿pero cuál? Ganador del desafío Pirmero Tira, Luego Hablamos, aparece en versión de playtest listo para descargarse. Descarga La noche boca arriba: el juego de rol (playtest)