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La otra novela

Hace seis meses terminé de escribir una novela y la guardé en un cajón. Hoy la saqué del cajón y la volví a leer. Está pésimamente escrita. ¿Qué hago? ¿Reescribo o la devuelvo al cajón? Hay algunos párrafos rescatables, no muchos. Hay unas cuantas ideas interesantes. Hay quizá un par de momentos honestos.

Pensé que lo mejor sería consultarlo con alguien, pero a penas formulé la pregunta, me di cuenta de que ya tenía respuesta. Aprendí mucho escribiendo esa novela: para empezar, que puedo escribir una novela. También aprendí a cuidar la continuidad de los detalles, a hacer que los personajes piensen, se contradigan y se traicionen. Aprendí unos cuantos trucos sobre cómo hacer que un diálogo no suene acartonado. Aprendí que por más que admire a los realistas escribir como ellos no me interesa en lo más mínimo y que es mejor fallar a lo grande que ir por un éxito mínimo.

No dudo que podría aprender aún más de reescribir, pero lo más importante que aprendí es esto: cuando una historia ya no te interesa, hay que dejarla ir. Así que la novela se va al deshuesadero y yo a escribir otras cosas.

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