Como matar
Bajo la parábola de una pelota,
un niño que se transforma en hombre,
miré hacia el cielo demasiado.
La pelota cayó en mi mano. Cantó
en mi puño cerrado: Ábrelo, ábrelo.
Observa este regalo diseñado para matar.Ahora en mi disco de vidrio aparece
un soldado que está a punto de morir.
Sonríe y se mueve en esa forma
que su madre conoce, su manera habitual.
Los alambres tocan su cara: grito
AHORA. La muerte, como un conocido, escucha
y mira, ha creado un hombre de polvo
de un hombre de carne. Esta es la magia
que hago. Como soy maldito, me divierte
ver el centro del amor diseminarse
y la onda del amor viajar hacia el vacío.
Que sencillo es hacer un fantasma.El mosquito ingrávido toca
su pequeña sombra en la piedra,
y con que parecida, infinita
ligereza, el hombre y la sombra se tocan.
Se funden. Una sombra es un hombre
cuando la muerte–mosquito se acerca.
Un poema de Keith Douglas, que leo gracias a Blog Meridian, en donde pueden leer la versión original.
Comentarios