Todo acabó, durante trece años todo acabó. El texto demostró la imposibilidad de narrar, la imposibilidad del narrador. Luego lo intentó otra vez. Lo vi desde mi posición entre el polvo y la mugre, vi cómo lo intentó y fracasó. Quizás sería mejor acabar con el lector para reinventar la narración. ¡Acabad con todos! ¡Lanzad la bomba!
—Javier Avilés, Constatación brutal del presente
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