El día de hoy granizó, me granizó, justo en el momento en que salía de la oficina. Además de mi camisa, mis pantalones y mis calcetines, salió damnificado Esta Historia de Baricco, que había comenzado a leer. En lo que se seca, tendré que elegir una nueva lectura.
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He estado pensando en un libro de cuentos, que no sé si existe. El primer cuento narra la historia de cinco personas que se encuentran en una cafetería (o quizá un bar o una cantina) y recuerdan algún evento pasado, del que ellos no formaron parte pero que de alguna manera los afectó a todos, afectó a toda su generación o la marcó o los definió.
El resto de los cuentos narran algún evento que ocurrió o ocurrirá en la vida de estas personas que avisa o rememora esa charla, pero hace como si ese encuentro en una cafetería no hubiese ocurrido o no tuviese importancia.
¿Existe ese libro?
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High Fidelity de Nick Hornby fue una muy agradable sorpresa. Una anécdota sencilla, muy indie, pero con una prosa, una astucia y una profundidad envidiables. Un libro honesto. Tengo ganas de encontrarme con The Fortress of Solitude de Jonathan Lethem y con The Raw Shark Texts de Steven Hall, pero no me cruzo con ellos.
Con una punto cinco librerías en inglés en la Ciudad de México no me extraña.
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Por las noches continuo leyendo, en tiempo real, el Diario de Gombrowicz. He vuelto a soñar con Kafka o con ese hombre con sombrero de hongo que creo que es Kafka y que parece sacado de un cuadro de Magritte.
Hoy en la facultad ví un libro titulado La Praga de Kafka. Pensé en comprarlo, pero me da un poco de miedo leer sobre mis sueños.
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Imaginen la trama de una novela que se llamara Kafka, detective.
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