Estoy leyendo Finalmusik de Justo Navarro. Me asombra la calidad diáfana de su prosa. La primera frase de la novela, "Una vez viví en Roma un domingo radiante", merece un espacio en el club de mejores primeras líneas de una novela. También me asombra la capacidad de Navarro para hilar con frases cortas acciones muy distantes en el tiempo y el espacio.
Hay escritores que intentan hacer de su estilo algo transparente y otros que lo hacen su carta de presentación. El estilo de Justo Navarro es un palacio oriental en el centro de una carretera que atraviesa el desierto.
¿Qué prefieren, un estilo transparente o uno de personalidad fuerte? ¿Debe un escritor cultivar un estilo de rasgos duros o aspirar a que no se note su presencia?
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