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Leyendo The Pale King, 5 (y último)

David Foster Wallace o el Moderno Ozymandias
Los últimos capítulos fueron una reconciliación con Foster Wallace. Mientras leo las notas finales (y por cosas que ya me había comentado Javier Calvo) es claro que lo que leemos es sólo el primer aliento de The Pale King. Quizá el capítulo 46 sería el final de una primera parte de la novela que, en realidad, abarcaría unas 1500 páginas.

Y es que, como ya dije antes, The Pale King es una novela sobre la vida de la mente. Esta no se reduce a aceptar el tedio de la vida adulta o a aprender el valor de la disciplina y la capacidad de elegir a qué le prestamos atención. Los últimos capítulos bosquejan otros temas posibles, por ejemplo, cómo reaccionamos ante lo que dicen los demás, es decir, sobre si es posible mantener un pensamiento libre ante las presiones externas o sobre la capacidad de relajarnos y no pensar en nada ante un bombardeo constante de estímulos. La imaginación, por hacer notar un caso particular, es algo que se esboza en algunos de los fragmentos más breves pero nunca se explora a profundidad.

Sin embargo, así como nos llega The Pale King no es mas que la ruina de lo que pudo haber sido. Su propio carácter de inacabada es un comentario sobre su tema. Me da miedo.

Quiero cerrar estas notas de lectura con una reflexión que al menos ha mi me ha resultado aplastante. Mientras leo las notas finales, me encuentro con cosas como esta:

3 high end players—Glendenning, Special HR guy Glendenning needs to find gifted examiners, Lehrl. But we never see them, only their aides and advance men.

o esta:

A lot of stuff about Drinion, his manner of paying attention, should be implicit, or should unfold over a much longer time.

o esta última:

End pt. 1. In pt. 2 (forthcoming?) Rand describes, quickly, how they got romantically involved.

Las notas finales son valiosas porque nos dan una perspectiva de lo que pudo haber sido la novela. Pero más importante, nos demuestran que David Foster Wallace no era un genio que se sentara de golpe a escribir frase tan frase brillante sin esfuerzo. Sus notas, al contrario, son bastante pedestres  y algunas parecen incluso estúpidas. Pero el tipo se sentaba con una idea, tomaba montones de notas y luego trabajaba muy duro, probablemente más duro que los demás dada su enfermedad mental, para transformar esas notas banales en algunos de los mejores momento de la prosa en habla inglesa. Esto es aplastante porque es más sencillo y cómodo pensar en Foster Wallace como un semidiós cuyo nivel de técnica y profundidad de ideas es inalcanzable (para algunos, es inalcanzable incluso leerlo).

En una entrevista que hace en Alemania a propósito de Infinte Jest, Wallace dice que ha preferido escribir así porque de esa forma sabía que sus lectores eran al menos tan inteligentes como él. Puede parecer la expresión de un ego desmesurado, pero tras leer The Pale King, te das cuenta que es una expresión de puro respeto y optimismo en la raza humana.

Comentarios

alex vazquez dijo…
Gracias por estas reseñas sobre The Pale King, muy interesantes (con las que además he descubierto tu blog) y que ponen de manifiesto el enorme agujero que dejó este escritor único. Me llama mucho la atención la idea de la novela (que estoy empezando estos días) como una metáfora sobre la vida de la mente. Me parece un tema muy propio de DFW, que siempre estuvo muy obsesionado con la idea de la incapacidad real del lenguaje para transmitir el contenido del pensamiento, como demuestra su relato "The Good Old Neon", por ejemplo. Hay que tener en cuenta que nunca dejó de ser un filósofo del lenguaje por herencia familiar. Un saludo y ya tienes otro seguidor más.
Unknown dijo…
Gracias por el comentario, Alex. Creo que te gustará mucho The Pale King.

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