Todo lo que quería saber, lo aprendí jugando Vampire (VII).
VII. Réquiem
No hubo despedidas. Como los Caballeros de la Mesa Redonda, mis amigos se desperdigaron por los cuatro vientos, cada uno en busca de su propio Santo Grial. La mejor agrupación de juegos de rol con el peor nombre posible, La Bola, desapareció en una nube de polvo y humo. Cuando el polvo se asentó y el humo se levanto ya no quedaba piedra sobre piedra…
El año en que La Bola se desintegró, sin embargo, yo estaba demasiado ocupado con otras cosas como para pensar en el rol. Termine la carrera de Ingeniería Electrónica y me matriculé en Letras Hispánicas en la UNAM. Había decidido echar por la borda cualquier esperanza de seguridad económica para dedicarme a la única cosa que siempre me ha gustado: la literatura. En la Facultad de Filosofía y Letras, donde ahora estudio, todo se mueve a un ritmo diferente del resto del mundo y pronto estuve lleno de nuevas ocupaciones, nuevos intereses y nuevos amigos.
Dejé los juegos de rol a un lado por mucho tiempo, hasta que un grupo de amigos que había conocido en la época de las convenciones me invitó a reunirme con ellos a jugar. Era un grupo curioso que se había formado con restos de otros grupos de rol, que, como el mío, se habían disuelto por problemas y rencillas internas. Me invitaron a unirme a ellos para que dirigiera un juego que tenía poco tiempo de aparecer en mercado, Vampire: The Requiem.
Después de más o menos un año de descanso, los editores del viejo Vampire habían sacado al mercado un juego nuevo, que retomaba los concepto básicos del juego original, pero era completamente distinto. En Vampire: The Requiem, por ejemplo, sólo existen cinco clanes de vampiros, contra los trece del juego original, y hay cinco conspiraciones a las cuales unirse, en vez de las dos del juego original. Los vampiros de Requiem, además, eran mucho más débiles que los anteriores, aunque quizá la modificación más notable es que la Jyhad, la guerra secreta de los vampiros antiguos por el control del mundo, ya no existía. Para mí, lo más importante de Vampire: The Requiem era que simbolizaba un nuevo comienzo, una posibilidad de hacer las cosas de forma completamente distinta.
También ese nuevo grupo de juego era un nuevo inicio y más o menos por la época en que comencé a jugar con ellos mi vida se empezó a llenar de nuevos inicios: la carrera de Letras, el viaje a la Feria Internacional del Libro… Siguieron muchos momentos cruciales en mi vida, como el día que entrando al pasillo de la Facultad vi caminando con la mirada distraída a una mujer con una boinita en la cabeza y un piercing en una de las cejas. Esa “chica misteriosa de la boinita” se volvería muy importante en mi vida... pero hablo del inicio de otras historias y la que he estado contando ya ha llegado a su final.
Todo lo que quería saber, lo aprendí jugando Vampire. Aprendí, por ejemplo, que para hacer amigos no se necesita más que una bolsa de dados, lápices, hojas blancas y ganas de compartir. Aprendí que una buena historia contada alrededor del fuego (o de una mesa) une más a las personas que el vino, el dinero o el interés. Aprendí que el poder corrompe, que todo lo malo que haces se te regresa tres veces y que la única recompensa de una buena acción es la acción en sí. Aprendí que no importa que tan alto llegues, siempre habrá una persona más arriba que tú, que no importa que tan bajo caigas, la posibilidad de redención siempre existe. Aprendí que no importa que tan buenas sean tus intenciones, alguien buscará tergiversarlas, y que sin importar que malas sean tus intenciones, alguien en algún lugar se va a levantar para decir que no le parecen nada bien. Aprendí que no vale la pena pasar por encima de nadie para lograr tus objetivos, porque eventualmente encontrarán la forma de vengarse; también aprendí que la venganza es un plato amargo y vacío, que se consume pero nunca sacia.
Aprendí que en la política las leyes no son más que educadas sugerencias de comportamiento y que, si lo saben usar, el mismo poder lo tiene el rey que el mendigo. Aprendí que los secretos queman como un carbón debajo de la lengua y que el mejor lugar para esconderlos es a la vista de todos. Aprendí que la inmortalidad es verdaderamente una maldición y que los únicos que se salvan de ese destino son los poetas. Todo eso y más lo aprendí observando la eterna danza de los vampiros, sus juegos y sus cortes.
Mientras mis amigos y yo nos transformábamos cada sábado en reyes, asesinos y tiranos, aprendí que no importa nada que el mundo sea gobernado secretamente por trece clanes de vampiros, que el motivo de todas las guerras sea un capricho o que los verdaderos monstruos, los que sí existen, estén planeando las tramas más oscuras en un callejón oscuro, en sus mansiones amuralladas o en sus casas blancas. No importa, porque al fin y al cabo lo único que podemos hacer es vivir la vida sesión por sesión, día por día, confiar nuestro destino a los dados y regresar por la noche con un poco más de experiencia. Que cada quien decida si es el héroe o el villano de su propia historia.
René López, Ciudad de México, 2006
[La Bola & Cía. 2006]
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...Coda
The road goes ever on
The Road goes ever on and on
Down from the door where it began.
Now far ahead the Road has gone,
And I must follow, if I can,
Pursuing it with eager feet,
Until it joins some larger way
Where many paths and errands meet.
And whither then? I cannot say.
The Road goes ever on and on
Out from the door where it began.
Now far ahead the Road has gone,
Let others follow it who can!
Let them a journey new begin,
But I at last with weary feet
Will turn towards the lighted inn,
My evening-rest and sleep to meet.
(J.R.R. Tolkien)
[El camino sigue y sigue / desde la puerta en que comenzó /Ahora muy lejos ha ido, /y debo seguirlo si puedo./ Avanzando con pie ansioso,/ hasta que se encuentre una vía más amplia,/ donde senderos y búsquedas se encuentren./ ¿Y después? No lo sé. // El camino sigue y sigue / en la puerta donde comenzó. / Ahora muy lejos se ha ido. / ¡Deja que otros lo sigan si pueden! / Deja que comiencen un nuevo viaje, / pero al final, con pies cansados, / volveré hacía la luz de la posada / para encontrar el sueño y el descanso de la tarde.]
rol
memoria
Comentarios
Una excelente exposición de los juegos de rol, y de la aventura que es jugarlos.
Es importante señalar que efectivamente son juegos sociales, en cuanto el grupo con el que juegas es gran parte de la experiencia.
En un juego de video puedes empezar y terminar de jugar sin que nadie más intervenga, en un juego de rol los aventureros que te acompañan son la parte más importante del juego.
Recuerda que el 4 de noviembre de 2006 es el D&D Worldwide Gameday. Date una vuelta a alguna tienda para acordarte de los viejos tiempos.
Y ahora que tengo hijos, te puedo decir que hay vida después de la muerte, ya que en ellos revivimos nuestra juventud (el sábado juego con unos amigos, y con mi hijo).
Y si no, haber cuando quedamos para un café...
Se me salieron las lagrimas...
Muchacho.... me encantaria algun dia.. en algun momento de la historia... poder jugar rol con usted...
Seria un honor....
Atte:
- Yavhe Alexander -
Saludos y gracias por el link del otro día al podcast, me alegro de que te haya gustado.
Saludos.
M.