Las ponencias y comentarios del Simposio Internacional del Libro electrónico en la Ciudad de México me hacen pensar que la ventana de oportunidad en torno al libro electrónico se está cerrando. O queda sólo una rendija abierta o ya se cerró y no nos hemos dado cuenta.
Me quedan algunas preguntas sobre el futuro más o menos inmediato:
1. ¿Puede una empresa local o regional competir con Amazon?
2. ¿Seguirá siendo necesaria la separación de los derechos de los libros por regiones? ¿Por cuánto tiempo?
3. ¿Qué es exactamente lo que le puede ofrecer a un autor un editor que Amazon no le vaya a poder ofrecer? En otras palabras, cuál va a ser el papel del editor en a mediano plazo.
4. ¿Qué nuevas figuras pueden aparecer o cambiar de funciones para suplir el trabajo del editor?
5. ¿En verdad el libro electrónico hará que el mercado de libros en español se vuelva global?
Me quedan algunas preguntas sobre el futuro más o menos inmediato:
1. ¿Puede una empresa local o regional competir con Amazon?
2. ¿Seguirá siendo necesaria la separación de los derechos de los libros por regiones? ¿Por cuánto tiempo?
3. ¿Qué es exactamente lo que le puede ofrecer a un autor un editor que Amazon no le vaya a poder ofrecer? En otras palabras, cuál va a ser el papel del editor en a mediano plazo.
4. ¿Qué nuevas figuras pueden aparecer o cambiar de funciones para suplir el trabajo del editor?
5. ¿En verdad el libro electrónico hará que el mercado de libros en español se vuelva global?
Comentarios
Entre la pregunta 1 y 2 se puede comentar un asunto importante sobre las editoriales. Pese a los desmanes propios de cualquier industria cultural, pese a la disparidad de criterios propia de nuestra "etapa cultural" (no sé cómo decirlo sin que suene pedante), las editoriales o los editores gozan de cierta autoridad, legitimidad también, respecto a las obras que deciden publicar. Es decir, para un consumidor de cultura, un lector, meterse en Amazon y basarse en puntuaciones o valoraciones de otros no es fácil ni fiable. En esta época de transición siguen confiando en ciertos sellos ya sea por los mínimos cualitativos o por un gusto editorial similar.
2-No. En realidad nunca ha sido "necesaria", sino que parece ser más bien un fruto, una consecuencia, de políticas de empresa definidas por las estructuras estatales. La legislación siempre va por detrás de los cambios culturales. Se tendrá que adecuar al nuevo entorno "global" tarde o temprano. ¿Cuando? Seguramente, como ocurre siempre, cuando a las empresas y sus grupos de presión les interese y ese interés se transforme en puntos programáticos de diversos partidos y entidades supranacionales.
3- El "nuevo editor digital" deberá trabajar sobre dos planos respecto a los autores: por un lado la parte técnica, es decir la edición cuidada en diversos formatos (pdf., mobi, epub), y por la otra la propaganda y difusión. Este segundo plano no es algo que pueda realizar por ahora Amazon ni un autor de forma independiente (sólo de forma muy limitada): se trata de conseguir espacios en diversos portales, revistas y blogs especializados. Esos espacios, esa difusión, son contenidos "informativos" (menciones, reseñas, críticas, etc.) y no un anuncio en el lateral (que cada día tienen menos credibilidad o fuerza de atención entre los consumidores cibernéticos, y además no tienen credibilidad comparado con el otro tipo de contenidos).
4-Como he comentado, creo que el editor deberá especializarse en edición y maquetación, así como ser un buen relaciones públicas con buenos contactos para posicionar sus productos en portales y revistas específicas que apunten al "target" específico de cada producto/obra.
5-Así debería ser. Supongo que aquí hay dos cuestiones que van más allá del propio mercado. Por un lado la capacidad que tenga la "cultura española", concretamente la literatura, de hacerse un hueco en distintas categorías de la "cultura global". Por otro lado dependerá del peso del castellano o español en el mundo, de cuanta gente lo aprenda, se interese por él y sea capaz de leer obras en ese idioma. Sobre este último asunto las perspectivas son buenas.
2- Es un tema que nunca he comprendido. Es, sencillamente, ridículo.
3- Pienso que a largo plazo, desaparecerá la profesión editor tal como la hemos conocido los nacidos en el siglo XX. Ya ves, ¡qué viejos nos hacemos, René!
4- El tiempo lo dirá, pero desde luego será mucho más técnico (diseño gráfico además de otras aptitudes) que lo es ahora.
5- Mientras el sistema siga primando la traducción impuesta por el mercado anglosajón, no. Se traduce mucha basura porque la basura vende, y se vende mucha basura porque el consumidor de basura disfruta consumiéndola, y es como muy cool, ¿no? Que hay un creciente interés por la lengua castellana, nadie lo duda. Que eso se vaya a traducir en una parte más grande del pastel está por ver.
Addendum: no debemos olvidar el asunto de la propiedad intelectual. La industria no da muestras de flexibilidad, y como señala Volianihil, la legislación siempre va a la zaga de la realidad imperante. Convertir el ebook en un producto de arrendamiento vitalicio es canallesco. Me da asco la avaricia.
Un saludo, René, y una alegría ver de nuevo el blog en activo.