Ir al contenido principal

Bad Wrong Fun

En el argot de los juegos de rol, Bad Wrong Fun (en buen castellano, bad gruon fon) es algo que se dice cuando una persona se la está pasando bien con un juego que “obviamente” es muy malo. Específicamente, es algo que se dice al acusador de que se está jugando a un juego que es “obviamente” muy malo. Es, ante todo, una burla y una forma de decir, sí, claro, puedes decirme que lo estoy haciendo mal, que estoy equivocado, pero me la estoy pasando bien, ¿cómo explicas eso?

Bad Wrong Fun es parte del argot de los juegos derol, también es un concepto que bien puede aplicarse a la literatura, especialmente a la literatura. ¡Estás leyendo a Stephen King! ¿Te gusta Milan Kundera? Si no has leído a Phillip Roth estás perdiendo el tiempo con otros autores. El fenómeno de la Bad Wrong Fun está bien extendido en la literatura. Dependiendo del lugar y la compañía, está mal que te guste la poesía de Benedetti, está mal que te guste leer sagas de fantasía o de ciencia ficción, está mal que te guste leer novelas de Paco Ignacio Taibo II, está mal que encuentres estimulantes las novelas de Jorge Volpi.

Lo curioso es que, a diferencia de la cultura de los juegos de rol, la Bad Wrong Fun rara vez se denuncia, es muy raro encontrar alguien que se plante y diga, no importa lo que me digas, Ángeles Mastreta es una delicia para leer. En vez de eso, muy de vez en cuando aparece una apología, una defensa tímida, sobre las lecturas propias. Quizá una de las voces que más se ha alzado ante este fenómeno es la del novelista francés Daniel Pennac, que en Como una novela escribió sobre los derechos del lector:

* Derecho a no leer
* Derecho a saltarse las páginas
* Derecho a no terminar un libro
* Derecho a releer lo ya leído y volver sobre lo mismo
* Derecho a leer cualquier cosa
* Derecho al Bovarismo (enfermedad de transmisión textual)
* Derecho a leer en cualquier parte
* Derecho a picotear varias cosas a la vez
* Derecho a leer en voz alta
* Derecho a callarse la opinión sobre lo leído

De entre todos estos derechos, quizá el más importante es el derecho a no leer. A la par, también, debería estar el derecho de leer lo que se te de la gana. Pero si uno abre una página cultural al azar, parecería que Daniel Pennac nunca escribió nada. El Bad Wrong Fun domina. Si uno asiste por error a una tertulia literaria, descubrirá pronto que el Bad Wrong Fun es un deporte.

No hablo de ninguna manera de la crítica literaria (si es que eso todavía existe) ni de la simple expresión de un gusto. A mi, en efecto, no me gusta la poesía de Mario Benedetti, ni las novelas de Ángeles Mastreta. Me refiero al comentario perenne de suponer que lecturas hay unas mejores que otras y que, por supuesto, el gusto propio está basado en una serie de fundamentales verdades estéticas y morales. Parece que tampoco escribió nada Derrida, que el efecto de la relatividad sobre el pensamiento artístico ha sido nula.

¿Y que hay de malo con la Bad Wrong Fun? Divide a los lectores (a los que quedan), que en vez de unirse ante la extinción de la especie se involucran en un fratricidio inútil. Es una forma de agresión, de ignorancia, de aparentar inteligencia. “El deseo de parecer inteligentes suele impedir que lo seamos en verdad” decía, más o menos, La Rochefocauld. La lectura en verdad no sirve para nada, pienso cada vez que en una discusión aparece la espalda negra de la Bad Wrong Fun.

Comentario aparte, variedad curiosa de la Bad Wrong Fun literaria, el que te dice no leas a Carlos Fuentes porque no me dio la mano, no leas a Saramago porque el tipo es un pesado, no leas a X porque es —homosexual, emo, judío, borracho, abstemio, mujer, rico, pobre, pelón o popular.

¿Y qué es lo que con más frecuencia se anota como Bad Wrong Fun en los juegos de rol? A un estilo de juego que consiste en patear la puerta, matar a los monstruos y quedarse con el tesoro, es decir, lo que hacen todos los días los millones de jugadores de World of Warcraft. Aquí también se puede hacer un símil, sin muchas ganas de generalizar, con el submundo cultural de la Ciudad de México. Parece que su único interés es patear la puerta e insultar a los de al lado en un intento por quedarse con su dinero. Pero eso ya no es Bad
Wrong Fun
. Tampoco tiene nada que ver con la literatura.

Comentarios

Saludos...

¿Por que no me habias dicho Rene que llevabas este blog?

Sumamente interesante....

Directo a mis favoritos...

- Yavhe Alexander -

Entradas más populares de este blog

Bohemian Rhapsody

Primeras impresiones de Bohemian Rhapsody Ok. Bohemian Rhapsody . Esta película me provoca sentimientos encontrados. Tiene muy buena factura. Algunos de los efectos especiales no son de la mejor calidad, pero es una biopic con efectos especiales: eso habla de un deseo de contar la historia de la mejor manera posible. El diseño de arte y el vestuario soberbios. Quizá dignos de un Oscar. ¿Pero la historia? No puedo ser nada objetivo porque no sólo me sabía la letra de todas las canciones, también sabía todas y cada una de las cosas que iban a pasar, incluyendo muchos de los diálogos. Pero me queda la impresión de que la historia nos queda debiendo mucho. Quizá sea el cambio de director a media producción, quizá la intromisión de los miembros sobrevivientes de la banda que cuidan demasiado la imagen de Mercury, quizá sea, como dice Brian May a media película, que las audiencias norteamericanas –para las que existe esta cinta– son puritanas en lo público y perversas en lo privado, pero...

Twin Peaks: El retorno

Twin Peaks o los hombres que no amaban a las mujeres Advertencia: este texto contiene la revelación del misterio esencial de las primeras dos temporadas de Twin Peaks: quién es el asesino de Laura Palmer. Revela más bien muy poco de las líneas argumentales de la tercera temporada, si bien su intención es esbozar algunas líneas para reflexionar sobre su desenlace. El 26 de abril de 1990, unos 17 millones de personas vieron lo que muchos críticos califican como una de las escenas más graciosas e inquietantes de la historia de la televisión. En el cuarto episodio de la primera temporada de Twin Peaks , “Rest in Pain”, un desconsolado Leeland Palmer —en una gran interpretación de Ray Wise— se lanza sobre el féretro de Laura, su hija asesinada, durante el entierro. El mecanismo elevador del ataúd se activa y padre e hija descienden juntos al agujero en la tierra, pero una avería provoca que se eleve de nuevo. Mientras Ray llora sobre la caja que contiene al cuerpo de su hija, el féret...

Archive 81, el podcast del año

Por segundo año consecutivo el mejor libro que leo no es un libro sino un podcast. Acaba de concluir la tercera temporada de Archive 81 , que podría describirse como una cruza entre H.P. Lovecraft, David Lynch, Jeff VanDerMeer y Agustín Fernández Mallo (aka everything good in life). Cada una de las temporadas es muy diferente entre sí, pero esta tercera, sobre un par de hermanos que tratan de llevar a cabo un ritual para volverse dioses, con ayuda de un ser que sólo existe cuando lo grabas y una caseta telefónica que colecciona miembros humanos, alcanza unos niveles de horror, humor y maravilla excepcionales en el guión, un diseño sonoro y una actuación de voz soberbia. El capítulo 6 quizá sea uno de los mejores capítulos de un audiodrama en la historia, por la manera en que reúne y resuelve ideas e hilos narrativos de dos temporadas y media (piensen parte 8 de Twin Peaks: The Return). El capítulo 9, un hermoso homenaje a House of Leaves , pudo haber sido el mejor capítulo de ...