1. No me queda nada claro por qué los libros electrónicos habrían de costar menos que los libros en papel. Tampoco por que los autores piensan que deberían recibir un mayor porcentaje de regalías (o de derechos de explotación) por un libro electrónico que uno de papel, si su contribución es exactamente la misma. Para el caso, nunca he entendido el argumento de que el porcentaje que le toca al autor es demasiado bajo en la actualidad.
2. De momento, los artefactos como el Kindle no dejan de tener un interés reducido. No son iPods ni iPhones. ¿Por qué alguien que lee dos libros al año gastaría 600 dólares en un Kindle, en vez de 25 dólares en dos libros de papel? Hasta el día en que los e-readers no tengan las capacidades técnicas para sustituir a los libros de texto (¿5 años? ¿8 años?) no van a ser de consumo masivo.
3. ¿Hasta cuando se acabará esta estúpida obsesión por la "piratería"? No existe un sólo estudio que muestre cuanto más ganarían los dueños de los derechos morales de una obra si se impidiera compartir esa propiedad intelectual por cualquier medio. A pesar del ruido que hacen fonográficas, editoriales, estudios cinematográficos y demás, sospecho que sólo un puñado de abogados se está enriqueciendo con la situación actual. ¿Hasta cuándo cambiará?
4. Actualmente, muchos mercados editoriales viven protegidos por las barreras tecnológicas: se vende el contenido que se genera localmente porque es lo que hay, porque traducir es caro e importar es todavía más caro. ¿Pero qué es lo que va a pasar si puedes adquirir contenidos de cualquier parte del mundo? ¿Qué va a impedir que las editoriales norteamericanas publiquen sus propias traducciones de sus mejores autores y los promuevan con sus poderosas aplanadoras publicitarias en todo el mundo? (Es decir, que hagan lo que ya hacen en el cine y en la música pop.)
5. ¿Habrá un renacer de la lectura? Yo creo que ya llegó. En los últimos 10 años se deben haber leído más palabras que en los cien anteriores.
2. De momento, los artefactos como el Kindle no dejan de tener un interés reducido. No son iPods ni iPhones. ¿Por qué alguien que lee dos libros al año gastaría 600 dólares en un Kindle, en vez de 25 dólares en dos libros de papel? Hasta el día en que los e-readers no tengan las capacidades técnicas para sustituir a los libros de texto (¿5 años? ¿8 años?) no van a ser de consumo masivo.
3. ¿Hasta cuando se acabará esta estúpida obsesión por la "piratería"? No existe un sólo estudio que muestre cuanto más ganarían los dueños de los derechos morales de una obra si se impidiera compartir esa propiedad intelectual por cualquier medio. A pesar del ruido que hacen fonográficas, editoriales, estudios cinematográficos y demás, sospecho que sólo un puñado de abogados se está enriqueciendo con la situación actual. ¿Hasta cuándo cambiará?
4. Actualmente, muchos mercados editoriales viven protegidos por las barreras tecnológicas: se vende el contenido que se genera localmente porque es lo que hay, porque traducir es caro e importar es todavía más caro. ¿Pero qué es lo que va a pasar si puedes adquirir contenidos de cualquier parte del mundo? ¿Qué va a impedir que las editoriales norteamericanas publiquen sus propias traducciones de sus mejores autores y los promuevan con sus poderosas aplanadoras publicitarias en todo el mundo? (Es decir, que hagan lo que ya hacen en el cine y en la música pop.)
5. ¿Habrá un renacer de la lectura? Yo creo que ya llegó. En los últimos 10 años se deben haber leído más palabras que en los cien anteriores.
Comentarios
2. Los readers no solo son para libros. Quizás mas importante son para periódicos y revistas. En vez de estar llenándote de papel solo tienes que descargar lo del día. ¿Por que no un periódico que se actualiza, como internet, en tiempo casi real?
¿Consumo masivo? Quizás nunca, pero a los lectores si les puede interesar. Y yo, por uno, te diría que es maravilloso el backlight cuando tratas de leer un libro en el pesero cuando este apaga las luces.
3. Me queda claro que las distribuidoras de libros, música y películas ganarían MUCHO MAS DINERO si se salen con las suya, y tuviéramos que pagar por cada vez que vemos una película o leemos un libro (que es su fin último). Por eso lo hacen, tienen mucho que ganar.
4. Nada. Y eso no necesariamente es malo. ¿Que impide a una distribuidora latinoamericana con costos ridículos hacer sus propias traducciones al ingles y arrasar con sus bajos precios?
5. Hay un renacer de la lectura y la escritura. ¡Viva Internet!
Me da la sensación de que los perjudicados son los pequeños, no los grandes.