1. A veces en sueños platico con Borges o más bien Borges dicta monólogos casi interminables interrumpidos por algunas preguntas mías. Hablamos de ajedrez, del universo y de poesía anglosajona, aunque quizá hablamos siempre de la misma cosa. En mis sueños, Borges tiene una voz grave, profunda, que no se parece en nada a la voz ligera de acento argentino que se escucha en sus entrevistas grabadas. Puede ser que en realidad en los sueños Borges me habla en inglés y yo le contesto en inglés pero lo olvido cuando me despierto. Borges está centrado detrás de un gran escritorio de roble con un viejo tintero y unas cuantas hojas de pergamino; detrás de él se ve un cielo estrellado o el universo.
2. En sueños platico con Borges y hablamos de ajedrez. También he soñado que hablo con Shakespeare. Estamos en una taberna muy oscura, con el techo bajísimo. No se podría andar de pie en esa taberna. Hay un olor muy fuerte como de pescado crudo y aceite. Shakespeare toma vino o cerveza. Yo no tomo nada. Con Shakespeare siempre hablo de teatro. Yo le menciono a Ibsen y el hace un ademán de desdén con la mano, como diciendo ¡Puaff, Ibsen! o ¿En serio quieres hablar de Ibsen?
3. Nunca he soñado con Kafka. Me gustaría soñar con Kafka, pero nunca he soñado con él. Una vez soñé que caminaba por una calle adoquinada. Los edificios eran edificios antiguos, del siglo dieciocho o diecinueve, pero en el sueño se veían como nuevos o eran nuevos. Parado en medio de la calle había un hombre con sombrero de hongo que me daba la espalda. Yo pensé que ese hombre era Kafka, pero me desperté antes de alcanzarlo y mirarlo de frente.
En ese instante brevísimo entre la vigila y el sueño, sin embargo, me di cuenta de que el hombre no era Kafka, sino alguien que se hacía pasar por Kafka y que ese impostor no tenía rostro o su rostro era un espejo. Al mirarlo de frente, sólo me hubiera visto a mí mismo.
Comentarios
Me da risa, pero prefiero a los tuyos. Gracias por compartirlos.
Deikakushu: Adelante y bienvenida por acá.
Edgar: Me da gusto que sean así tus sueños, ojalá lo sigan siendo por mucho tiempo.
He oido que el Sr. Fuentes es el alma de la fiesta en esas ocasiones. Me gusta pensar que, cuando era más joven, lo hubieria hecho.