La mejor ganga del año, compré Rascacielos de J. G. Ballard por treinta pesos mexicanos (unos tres dólares) en los saldos de la librería Ghandi. Los libros de J. G. Ballard suelen acomodarse en la sección de ciencia ficción, pero Rascacielos corresponde a la etapa tardía de este escritor, en la que abandona toda pretensión de lo fantástico, para describir un tema recurrente: la enajenación de la lumpenburgesía.
Su obra más famosa de este periodo es la autobiográfica El imperio del sol, llevada con gran éxito a la pantalla por Steven Spielberg, pero sin duda la más controversial es Crash, un alucinante viaje por las carreteras que rodean al aeropuerto de Londres, donde un culto de aficionados a los choques automovilísticos se enfrasca en juegos mortales mientras su líder sueña con morir en una colisión con la actriz Elizabeth Taylor. La obra se hizo aún mas popular gracias a la película homónima dirgida por David Cronenberg, que fue juzgada tan lasciva e inmoral que el magnate Ted Turner tomó como proyecto personal impedir la comercialización de la cinta.
Si Rascacielos (High Rise, 1975) no ha sido llevado a la pantalla grande, se debe quizá a que no hay ningún director se quiera arriesgar a soportar el duro ataque que recibió Crash. El libro cuenta la historia de un lujoso y moderno edificio de departamentos habitado por grises y exitosos profesionistas. Tras la misteriosa muerte de un joyero, las tensiones del edificio ponen a los inquilinos en tensión, lo que los divide inmediatamente en tres bandos de acuerdo a la altura del piso en el que viven. Los habitantes del edificio comienzan a luchar entre ellos por el control de las piscinas, los víveres y los ascensores hasta degenerar completamente en una sociedad tribal.
Decir que en esta obra Ballard demuestra la degradación y el declive de la sociedad contemporánea resulta trivial. La fuerza de Ballard radica en el carácter hipnótico de su prosa; en la manera en que logra revelar el carácter interno de sus personajes de una manera animal, casi mítica de manera que al final del libro nos resulte perfectamente creíble que el protagonista consulte en un libro de cocina la mejor manera de preparar al perro de su vecino . Rascacielos no es una lectura agradable, pero resulta una excelente lectura.
Comentarios
Gabriel: Note apures,tengo tiempo para todo. Por cierto, no entendí la última frase.
Saludos