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El final de la prensa

No me gusta leer Letras Libres porque si bien uno puede estar de acuerdo o no con sus opiniones y selecciones en cuestiones literarias, cuando hablan de política parecen quedarse sin cerebro y el nivel de exigencia y crítica baja bastante. No parece ser el caso del último número, que en portada presenta un ominoso Adiós a la prensa. Vale la pena leer el artículo central "Adiós a la era de los periódicos (bienvenida una nueva era de corrupción" de Paul Starr, que habla de la crisis del periodismo en Estados Unidos, y luego contrastar con "El vejestorio necesario" de Jesús Silva-Herzog Márquez, que explica la diferencia con México, una diferencia que sospecho aplica a muchos otros países de América Latina.

Todo esto viene vinculado a una nota en la Balada del Elefante Azul de Javier Moreno sobre el futuro del libro, especialmente en el debate que se ha dado en los comentarios. Y es que esos enigmáticos e-readers quizá remplacen todo: revistas, periódicos, plaquettes de poesía y novelas. Quizá cambien por completo la forma en que leemos blogs y memorias electrónicas. Y eso es sólo el principio. Los comentarios sobre los libros y la posibilidad de compartirlos abre un nuevo paradigma de lectura. Tal vez Joyce no lo esperaba, pero Ulises es una novela que será leída con mucho menos esfuerzo en un e-reader que en papel.

A Javier parece preocuparle especialmente el modelo de negocios de los textos digitales. Me preocupa a mi. A la mayoría de los articulistas de Letras Libres también. Y es que los márgenes no son los mismos, aunque se insista tanto en la reducción de costos. Y esta el "problema" de las copias.

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