Después de un azaroso viaje por Pregúntale al polvo, vuelvo a los tabiques que amenazan con vencerme: Godel, Escher, Bach y Borges. Verónica me regaló otro tabique para mi cumpleaños, El hombrecillo de los gansos, de Jakob Wassermann, que leo con iguales dosis de asombro y perplejidad. Hay unas similitudes muy curiosas entre el libro de Wassermann y el de Fante, de las que con todo y las porras que le echa Bukowski a uno, Wasserman es el que sale ganando. Aunque también Bukowski nunca ha sido santo de mi devoción. Al igual que Carver (del que Fante también fue precursor), Bukowski sabía contar sólo una historia. Lo hacía muy bien, pero siempre es la misma historia. Paul Auster (que no viene al caso salvo por lo que sigue) también cuenta siempre la misma historia, con los mismos personajes y unas operaciones narrativas mínimas. Es una suerte de Woody Allen literario en ese sentido.
Borges me estoy conformando con nunca terminar de leerlo, aunque es un poco como leer la Biblia; hay chismes y puñaladas por la espalda interrumpidos por joyas de sabiduría. Y Godel, Escher, Bach me duerme. No por aburrido, sino porque la concentración que hace falta a ratos para entenderlo me relaja y me quedo dormido. Luego sueño con demostraciones matemáticas y con pinturas de Escher y con House of Leaves. Podría arrancarle la portada a Godel, Escher, Bach y venderlo como The House of Leaves Companion.
Borges me estoy conformando con nunca terminar de leerlo, aunque es un poco como leer la Biblia; hay chismes y puñaladas por la espalda interrumpidos por joyas de sabiduría. Y Godel, Escher, Bach me duerme. No por aburrido, sino porque la concentración que hace falta a ratos para entenderlo me relaja y me quedo dormido. Luego sueño con demostraciones matemáticas y con pinturas de Escher y con House of Leaves. Podría arrancarle la portada a Godel, Escher, Bach y venderlo como The House of Leaves Companion.
Comentarios
¿Sabes quién edita al portugués José Eduardo Agualusa en español? ¿Y qué editorial ha publicado libros de LEGOM?