No. El problema está en la intención profesional con la que egresan varios jóvenes de esas facultades. Quieren romper el mundo, no construirlo. Uno, que está en el mundo de los negocios, se puede topar con un dentista transformado en publirrelacionsta teniendo éxito, prosperando, aunque no fue en lo que originalmente estudió. Pero no es común hallar un filósofo de la UNAM inserto en el mundo de los negocios. ¿Por qué será?Mi caso es peor. Yo estudiaba Ingeniería Electrónica en una universidad católica de primera calidad, orientada a los negocios. Y me fuí a meter a la Facultad de Filosofía y Letras. ¡En qué estaba pensando! Si ya iba seguro a mi trabajo de 8 a 4 en Unilever.
En Estados Unidos es numeroso el grupo de filósofos o egresados de escuelas de arte que luego estudian un MBA. ¿Su propósito? Hacer negocios. Prosperar. Aquí, sin embargo, los exportamos a los campamentos guerrilleros latinoamericanos. ¿Por qué es ese su destino?
Pensar que Manuel todavía me recomienda leer el Milenio.
(Vía Stella Errans)
Comentarios
En verdad estoy indignado, porque estigmatiza a la UNAM por una revoltosa, es decir.. ni siquiera puedo decir lo que creo.