(La cobertura de HC a la FIL, en su blog)
Las demasiadas ferias
A propósito de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en el blog de Letras Libres José Israel Carranza escribió en una nota llamada "Las varias ferias":
Es claro que en realidad son varias ferias las que tienen lugar simultáneamente, y que son recíprocamente indiferentes. Una es la que hacen quienes tienen en Expo Guadalajara el espacio para sus comercios [...] Otra feria es la protagonizada por los Autores [que] también comprende los cocteles y las fiestas a donde éstos acuden, a veces en compañía de los Profesionales o donde incluso condescienden a rozarse con la Prensa —que tiene su feria aparte [...] Y, por último, está la feria del Público en General: una masa ingente que sólo por accidente o por distracción tiene acceso a las otras ferias, y que atesta los pasillos [...].
Dada esa indiferencia, resulta muy claro que sólo un puñado de imbéciles, entre los que me cuento, intenta ir a todas las ferias al mismo tiempo. El resultado es por momentos chusco, desastroso o gratificante (y eso que por salud mental esta vez sólo traía colgado un gafete). Charlar por momentos rápidos con algunos conocidos Profesionales, encontrarse con Autores amigos o de los que soy fanático, explicarle a los Periodistas perdidos que ese tipo al que persiguen las cámaras es José Emilio Pacheco o pelearse con el Público en General para abrirse paso en el stand de Random House fueron constantes en mi actividad diaria en la FIL. Y lo que Israel señala es muy cierto: sólo se mezclan por accidente o distracción. Creo que faltaron por mencionar dos ferias: la de los Académicos, donde hubo encuentros muy respetables, y la de la Delegación de Los Ángeles, que se montaron para todos propósitos una feria aparte.
Si uno no se confunde y no cree que va a otra cosa, es decir, si va uno a cualquiera de las ferias señaladas, la FIL es todo un éxito. Aunque según me cuentan, los cocteles no tuvieron el lustre de otros años, y se echaron en falta algunos de los figurones habituales de ediciones pasadas, la feria va. Pero si uno se confunde y va a otra cosa, es un desastre. Nadie espera, en realidad, que se trate de un evento cultural o un evento político, aunque en esta edición, la FIL se haya vuelto una pasarela de políticos que van a darse un baño cultural o a hacerse los cultos. Es un estupendo lugar para hacer contactos o renovarlos, encontrar nuevas posiblidades laborales o de negocios, algunas buenas ofertas y también un estupendo lugar para encontrar buenas fiestas. Pero si uno quiere acercarse a la literatura de José Emilio Pacheco, puede ahorrarse los veinte pesos de la entrada y mejor comprarse algún libro suyo (yo soy parcial a Morirás lejos y Los elementos de la noche).
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