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Lunes

Es lunes por la tarde y estoy corrigiendo pruebas. Antes corregir pruebas era la parte que me parecía más aburrida de mi trabajo y ahora me gusta mucho. O no. Quizá me parece aburrido descubrir que el corrector de estilo se durmió en el trabajo, pero es divertido buscar erratas en la pruebas. Es como buscar a Wally, pero te pagan por ello.
Sin embargo, hay algo que me estresa mucho de corregir pruebas, y es que a pesar de ser lo que se paga peor (aunque un par de editoriales me han sorprendido porque es lo que mejor se paga), es la última barrera de defensa del libro. (En teoría) ya todo el mundo lo revisó y las erratas que dejes pasar se quedarán ahí hasta el final de los tiempos. Algo similar le pasará a Wally cuando no lo encuentra nadie. Se queda ahí, en medio del mercado, del partido de futbol, del día en el parque, en un instante eterno, esperando a que lo señales con el dedo para salir a saludar con una sonrisa.

Comentarios

Llevo 46 páginas de La marrana negra de la literatura rosa y ya encontré dos erratas.
Pero el que no tiene perdón es Fin, de Monteagudo, está lleno de.
Unknown dijo…
Guillermo, mi edición de Fin está libre de erratas (creo que es la sexta) pero ya había escuchado que venía con muchas, a lo que Acantilado no nos tiene acostumbrados.

Ya nos platicarás de La marrana.
Paul Medrano dijo…
Pos si a esas vamos, el fin pasado compré La soledad era esto, de Juan José Millás (Destino) y puf, trae bastantes erratas. Me la chuté y dejé de contar gazapos, en espera de que algo ardiera en la trama. Lástima, nunca llegó. Saludos

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