‘Our leaders, our government is us, all of us, so if they’re venal and weak it’s because we are.’
‘I hate it when you synopsize what I’m trying to say and get it wrong, but I don’t quite know what to say. Because it’s stronger than that. I don’t think the problem is our leaders. I voted for Ford and I’ll likely vote for Bush or maybe Reagan and I’ll feel solid about my vote. But we see it here, with TPs. We’re the government, its worst face—the rapacious creditor, the stern parent.’‘They hate us.’‘They hate the government—we’re just the most convenient incarnation of what they hate. There’s something very curious, though, about the hatred. The government is the people, leaving aside various complications, but we split it off and pretend it’s not us; we pretend it’s some threatening Other bent on taking our freedoms, taking our money and redistributing it, legislating our morality in drugs, driving, abortion, the environment—Big Brother, the Establishment—’‘The Man.’
Twin Peaks o los hombres que no amaban a las mujeres Advertencia: este texto contiene la revelación del misterio esencial de las primeras dos temporadas de Twin Peaks: quién es el asesino de Laura Palmer. Revela más bien muy poco de las líneas argumentales de la tercera temporada, si bien su intención es esbozar algunas líneas para reflexionar sobre su desenlace. El 26 de abril de 1990, unos 17 millones de personas vieron lo que muchos críticos califican como una de las escenas más graciosas e inquietantes de la historia de la televisión. En el cuarto episodio de la primera temporada de Twin Peaks , “Rest in Pain”, un desconsolado Leeland Palmer —en una gran interpretación de Ray Wise— se lanza sobre el féretro de Laura, su hija asesinada, durante el entierro. El mecanismo elevador del ataúd se activa y padre e hija descienden juntos al agujero en la tierra, pero una avería provoca que se eleve de nuevo. Mientras Ray llora sobre la caja que contiene al cuerpo de su hija, el féret
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