He tenido unos meses duros con la ficción. Mi dieta de novelas se ha reducido visiblemente desde la lectura de Reality Hunger de David Shields. No porque me haya creído la extraña premisa del libro, pero así ha pasado. Leo algunos cuentos no sin gran esfuerzo, cuentos que se sienten más largos que novelas. Trato de comenzar Freedom pero me quedo dormido. Trato de leer a Levrero y diez páginas después me doy cuenta de que no me enterado de nada de lo que dice. (Pasa lo mismo con la televisión, parece, me toma 2 horas ver un capítulo de 40 minutos porque me distraen otras cosas.)
En cambio, ayer abrí Eating the Dinosaur the Chuck Closterman y disfruté como enano los dos primeros ensayos. A saber: una larga disquisición sobre por qué contestamos a las entrevistas, entrevistas a entrevistadores incluidas, y otro llamado "Oh, the Guilt" que relaciona In Utero de Nirvana con David Koresh y el último capítulo de la tercera temporada de Lost. Todavía me quedan muchos ensayos, así que me voy a leer un rato.
En cambio, ayer abrí Eating the Dinosaur the Chuck Closterman y disfruté como enano los dos primeros ensayos. A saber: una larga disquisición sobre por qué contestamos a las entrevistas, entrevistas a entrevistadores incluidas, y otro llamado "Oh, the Guilt" que relaciona In Utero de Nirvana con David Koresh y el último capítulo de la tercera temporada de Lost. Todavía me quedan muchos ensayos, así que me voy a leer un rato.
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