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Lovecraft hasta en la sopa

Termino de leer La vida triestina de David Miklos, que incluye "El abrazo de Cthulhu". También incluye un cuento que se llama "Vacas flacas" que no me deja de llamar la atención porque le acabo de enviar a Miklos el mismo cuento.

Esos libros de Bruguera de los que habla Miklos en "El abrazo de Cthulhu" en mi propia infancia ya eran una leyenda, tan difíciles de encontrar como el Necronomicon. Empecé a leer a Lovecraft en unas ediciones baratas, de esas que compras afuera del metro, y terminé de leerlo en las ediciones de Del Rey y Chaosium, en inglés, para descubrir (como con Sherlock Holmes) que las ediciones en español no venían completas y solían tener extrañas decisiones editoriales, como cambiar los finales, agregar nuevos comienzos o transformar una noveleta en un cuento. Ahora, apenas quince años después, las obras de HP Lovecraft ya no tienen derechos y es muy sencillo y barato comprar o encontrar su obra completa.

Alguien debería sentarse a explicar cómo es que Lovecraft pasó de ser un autor de culto a un referente imperdible de la cultura del siglo XXI.

Comentarios

David Miklos dijo…
Hace no muchos años, cuando apareció la antología del cuento norteamericano (o estadounidense; o mejor aún: americano) de Richard Ford, le hice notar a Nicolás Cabral que allí faltaba un autor: H.P. Lovecraft. Fue, si la memoria no me falla, el primer escritor estadounidense (o norteamericano; o, llana e imperialmente: americano) al que leí. Al que sigo leyendo, de hecho. Ahora, claro, en inglés y sin las adulteraciones propias de la traducción y la edición española enloquecida. Pero preservo esos tres tomitos de Bruguera como un raro trofeo de lectura e iniciación en el horror de la palabra. Algo así. Más allá de esto, qué honor que hayas leído mi libro. Muchas gracias, René.
Lovecraft. Qué bueno es Lovecraft. Le debo a David la lectura, tardía, de Lovecraft.
Ahora duermo usando la almohada de alguien más, el inquilino que dormía donde ahora duermo yo. A veces imagino lo que Stephen King imagina en la edición de la traducción al inglés que publicó Believer Books del libro de Houellebecq sobre Lovecraft, a saber, que las pesadillas del dueño de la almohada que ahora uso ("ahora comparten ácaros", alguien me dijo, alguien, por cierto a quien le presté los dos primeros volúmenes de textos de Lovecraft que publicó Penguin y que duerme aquí, también, pero en otra habitación, dicho sea de paso) las sueño ahora.
Todo esto me hizo recordar In the Mouth of Madness, que finalmente vi, aquél otro día, René.
Es tarde, voy a dormir, si me dejan.
Unknown dijo…
David: Me gustó el libro y creo que el de Cthulhu es uno de los mejores textos, pero es que el primigenio suele tener ese efecto en la literatura.

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