Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,
Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,
No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
—Luis de Góngora
A propósito de una observación tangencial en una crítica de Mutatis Mutandis de Javier García Rodriguez ["si es verdad eso de que eres lo que comes, los que nos criamos en los ochenta somos leche, cacao, avellanas y azúcar [que es otra manera de ser tierra, polvo, humo, sombra y nada)"] encontré una pequeña joya, "En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada: historia de un tópico literario (II)", que sigue el rastro de tópico gongorino desde sus posibles fuentes clásicas hasta llegar a Cernuda y, por supuesto, a Javier Marías. Es un buen recordatorio que el trabajo académico, arduo y árido como es, también puede ser muy edificante cuando es bien planteado y hasta francamente divertido, como en el delicioso apéndice donde liga el tópico con la frase "echar un polvo".
A propósito de los días pasados, con tantas discusiones de listas de escritores y premios literarios, no creo que venga mal la reflexión.
A propósito de los días pasados, con tantas discusiones de listas de escritores y premios literarios, no creo que venga mal la reflexión.
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