- La literatura es siempre un enigma, y los poetas, los más grandes creadores de acertijos.
- Por tanto, toda literatura es un juego. Los lectores siempre son jugadores más o menos experimentados, cazadores de adivinanzas, maestros del crucigrama.
- Si escribir es reescribir, leer es leer entre líneas. En un texto literario, en todo texto literario que vale la pena leer, lo que cuenta no es lo que se dice, sino lo que no se dice.
- Como un buen dibujante, el poeta no describe lo que quiere decir, sino su espacio negativo.
- La labor del poeta no consiste en crear luz, sino en arrojar sombras.
- Todo arte poético es un acto de negación. Al centrar nuestra atención sobre el finísimo hilo de la palabra, negamos la existencia del resto del universo.
- La literatura es una prestidigitación, un ocultamiento. La gran literatura consiste en hacer oculto aquello que se desconoce, o que no está ahí.
- La gran literatura debe, a demás, hacer que este ocultamiento sea totalmente natural: sombras y no capas negras.
- El gran lector es un murciélago voraz.
- El edificio entero de la literatura está construido sobre el abismo.
(Miguel Alfonso: El milagro de la virgen de la Concepción)
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