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Leyendo

Soy flojo. Lo admito. He caído en la tentación de non-fiction y es muy complicado salir de ahí. Leo The Facebook Effect de David Kirkpatrick, que no está muy bien escrito, pero que cuenta una historia interesante. Leo The Selfish Gene de Richard Dawkins, aunque me aburro. Me empiezo a preguntar si la fascinación norteamericana por el non-fiction no radica simple y sencillamente en que es mucho más fácil de leer que la ficción, pero reporta similares resultados. En la cola de lectura esta Imperial Life on The Emerald City, de Rajiv Chandrasekaran, sobre la infame Green Zone en Bagad.

Leo Catching the Big Fish: Meditation, Consciousness, and Creativity de David Lynch. Es un libro único, en el sentido de que Lynch habla de creatividad y de ideas de una forma humilde, sencilla y sin la menor pretensión. ¿De dónde saca David Lynch sus ideas? De una malteada, del juicio de O.J. Simpson, de un encuentro fortuito en la calle. David Lynch no saca sus ideas de la Meditación Trascendental, salvo en una ocasión, cuando intentaba transformar Mulholland Drive de un piloto televisivo en una película. Sobre la vida artística: "no es egoísta, es sólo que necesitas mucho tiempo".

Quizá el punto más polémico de este libro de Lynch sea su defensa de la meditación. El director de Blue Velvet no cree que la ira u otras emociones negativas sirvan de nada en la creación de una obra de arte. La meditación trae con sigo júbilo y una expansión de la conciencia. La conciencia es la materia prima del artista, según Lynch. Me da un poco de miedo leer a Lynch porque muchos de sus procesos creativos se parecen a los míos (al fin y al cabo es uno de mis directores favoritos). Da un poco de miedo leer a un hombre tan brillante hablar con tanta paz y tranquilidad sobre algo que muy bien puede ser un culto. ¿Y quién no quiere atrapar al pez gordo?

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