Mucho se ha discutido, entre los puristas de la lengua española y el resto de los usuarios, a los que les da más o menos igual, la mejor manera de llamar en la lengua española a los Weblogs o blogs. Analizar las posibilidades es el propósito de esta nota.
Antes de comenzar, valdría la pena aclarar que es un blog. De acuerdo al diccionario Merriam Webster, un blog es “un sitio electrónico que contiene un diario personal con reflexiones, comentarios e incluso hipervínculos propuestos por el autor”. Probablemente, la definición de la Wikipedia sea más correcta: “Un blog es un sitio electrónico cuyas entradas están hechas en forma de diario y se muestra en orden cronológico inverso".
La forma más popular para castellanizar la palabra blog, la apoyada por los supuestos puristas y defensores de la lengua, es bitácora. Bitácora, por cierto, voz proveniente del francés, es nada menos y nada más que una “especie de armario, fijo a la cubierta e inmediato al timón, en que se pone la aguja de marear”. Término nada aproximado a la definición de blog.
En realidad, cuando se habla de un blog como una bitácora se está refiriendo a la voz “cuaderno de bitácora”, es decir, un “libro en que se apunta el rumbo, la velocidad, las maniobras y demás accidentes de la navegación”. Definición sólo ligeramente más cercana a lo que es un blog. Aquí los puristas de la lengua alegarán que al agregar a “cuaderno de bitácora” el significado de blog se está enriqueciendo al idioma al agregar nuevas acepciones y rescatar palabras en desuso. Nada podría ser más falso.
Al equiparar el cuaderno de bitácora, que como ya vimos es un libro donde se anotan las vicisitudes de la navegación, con el termino inglés blog, lo que se está haciendo es un calco idiomático, que en realidad no enriquece a nadie. Es un calco de la palabra log, que en inglés significa, entre otras cosas, “un pedazo grueso de madera cortado de un árbol”, “un aparato para medir la velocidad de una embarcación” y el ya mencionado libro de navegación. Además de estás acepciones, log es también “un registro de actividades y eventos del día a día”, que es la acepción que se toma en el término bitácora.
Es decir, llamar bitácora al blog sigue el mismo impulso que lleva a llamarle ratón al mouse, decir excitado por excited y usar shorts en vez de pantalones cortos. Nada de que sentirse orgulloso. Sorprendentemente, en el Diccionario Panhispánico de Dudas (que en realidad poco tiene de panhispánico) consigna que:
La equivalencia (cuaderno de) bitácora se halla bastante difundida en español y traduce con precisión el término inglés log(book) […]Para hacer más explícita su vinculación con Internet (como hace el inglés weblog), podría usarse el término ciberbitácora.
Lo cuál, a mi parecer, es sólo una muestra de que los académicos de la Real Academia no tienen bien claro su trabajo y que sólo conocen las computadoras por fotografías, como bien se burla Eugenio en su Tinta Digital.
Hay otras opciones para traducir la palabra blog. Una, por ejemplo, sería castellanizarla, lo que nos podría dar bloj (plural blojes), lo que felizmente aumentaría la nómina de palabras castizas terminadas en jota, o mejor aún, bló(s). Otra, por ejemplo, es llamar a los blogs diarios o ciberdiarios; el problema de este término, como incluso la Academia alcanza a notar en el Panhispánico “tiene el inconveniente de que también se emplea como equivalente de periódico digital”, que no es lo mismo, aunque algunos periódicos digitales aparezcan en formato de blog.
Otra posibilidad, la que me parece más lógica y natural, en vez de agregarle al término cuaderno de bitácora una acepción de la palabra inglesa log, sería buscar en el diccionario una palabra que refiera “un registro de actividades y eventos del día a día”. De acuerdo al Diccionario de la Real Academia:
memoria: […] 10. f. pl. Libro o relación escrita en que el autor narra su propia vida o acontecimientos de ella. 11. f. pl. Relación de algunos acaecimientos particulares, que se escriben para ilustrar la historia. 12. f. pl. Libro, cuaderno o papel en que se apunta algo para tenerlo presente. […]
Que es justamente lo que hace un blog. No hizo falta hacer una larga investigación filológica ni caer en rebuscadas metáforas marineras. Quizás el único problema de usar la palabra memoria es que en computación ya se utiliza el término para referirse a la memoria física del ordenador.
¿Callejón sin salida? De ninguna manera. La lengua española tiene sus caminos, que son misteriosos. Habrá que buscar la respuesta de nuestro problema en el lugar más imprevisto de todos, donde a ningún Académico que se respete se le ocurriría buscar: en las aventuras de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Sacó el libro de memoria don Quijote, y, apartándose a una parte, con mucho sosiego comenzó a escribir la carta; y, en acabándola, llamó a Sancho y le dijo que se la quería leer, porque la tomase de memoria, si acaso se le perdiese por el camino, porque de su desdicha todo se podía temer. A lo cual respondió Sancho:
–Escríbala vuestra merced dos o tres veces ahí en el libro y démele, que yo le llevaré bien guardado, porque pensar que yo la he de tomar en la memoria es disparate: que la tengo tan mala que muchas veces se me olvida cómo me llamo. Pero, con todo eso, dígamela vuestra merced, que me holgaré mucho de oílla, que debe de ir como de molde. (25, I)
Ese libro de memoria, en el que Don Quijote se propone hacerle una carta a Dulcinea del Toboso, no es otra cosa sino una hoja embetunada, antecedente de nuestras palm:
El librito que se suele traher en la faltriquera, cuyas hojas están embetunadas y en blanco, y en él se incluye una pluma de metal, en cuya punta se inxiere un pedazo agudo de piedra lápiz, con la qual se annota en el librillo todo aquello que no se quiere fiar a la fragilidad de la memoria; y se borra después para que vuelvan a servir las hojas, que también se suelen hacer de marfil. [Diccionario de Autoridades (1990, II, p. 400)]
Esta voz, libro de memoria, o mejor aun, en diminutivo, librillo de memoria, o si se quiere, incluso, ciberlibro de memoria, me parece una mucho mejor traducción de blog. Contra la metáfora marinera, nos queda la idea de un lugar donde se escriben cosas que no se quieren dejar a la memoria, pero que a la vez son fácilmente cambiables, como las entradas de un blog. (De la relación de los libros de memoria y el Quijote ha hablado el historiador del libro Roger Chartier, pero ignoro si su ponencia ya habrá sido recogida en algún libro.)
Para el hablante de lengua inglesa, el termino Weblog es completamente transparente, le indica la naturaleza del objeto. Para un hablante del español, la palabra bitácora no le dice nada; por otro lado, libro de memoria deja claro el propósito, aunque le sigue faltando el medio. Igualmente, en vez de bloguear, que suena a algo que hacen los gatos por las noches, se podría usar el verbo memorar. Dejo al lector la feliz tarea de encontrarle un sustituto a blogósfera.
Comentarios
Mientras tanto seguimos blogueando...
saludos maese... buen tiempo y buen vino...
nacho mondaca
p.s. bitácora tiene un sentido muy definido en el imaginario, un blog puede convertirse en una bitácora, pero obviamente es muchas otras cosas. (Por ejemplo, cómo llamar a este cajoncito de comentarios...)
Estoy completamente de acuerdo contigo. Nadie pide permiso, pero hay quien quisera que se tuviera que tener licencia. En verdad me mosquea esa actitud de los puristas que defienden 'bitácora' por 'blog' como si con eso estuvieran defendiendo su casa de un terrible invasor. Como indicas muy bien, un blog puede ser muchas más cosas que una bitácora.
Coincido también en que los registrologos se están metiendo en camisa de once varas. Cuando terminen de registrar las voces para definir los blogs, ya estaremos todos haciendo otra cosa.
Sigamos bloguenando, o como me gusta decir, memorando.
Saludos. Buen vino y buen tiempo (que baje por alla en el nuevo infierno la temperatura)...
...ah, y que el recibo de CFE sea leve.
Bloguear rockea!
Blogiou atao!
Más o menos lo que le decía a Nacho en mi respuesta a su comentario. ás nos vale ponernos a bloguear...
Yo durante mucho tiempo me sentí como "Jasón y los cibernautas". Me parece muy atinado tu comentario. ¿A quién se le habrá ocurrido la comparación?
http://addendaetcorrigenda.blogia.com/2006/031001-mi-estreno-con-el-dpd-en-linea.php