Alex Faber, skinhead devenido periodista, narra en El buscador de cabezas la historia de sus trampas, sus crímenes y sus traiciones, y como estás provocan o al menos ayudan a que la ultraderecha tome control de un país (México), cuyo nombre no se revela en toda la novela.
Una novela ágil, con un lenguaje cuidado —aunque no tanto, algunas cacofonías se les escaparon al autor y los editores— y un estilo ácido, hacen que las cerca de 250 páginas de la novela pasen con velocidad. A esto también ayuda la trama envolvente de la historia, que no da respiro al lector y lo mantiene cambiando la hoja.
Concuerdo con Rafael Lemus, El buscador de cabezas es una prometedora primera novela, que deja claro que el autor puede dar mucho más: habrá que estar atentos del nombre Antonio Ortuño en los años por venir.
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