Llevo más o menos mes y medio con mi Sony Reader Pocket Edition y he leído unos diez libros en él. Después de este breve lapso, me he dado cuenta de cuales son algunas ventajas y desventajas de leer en un e-reader contra leer en papel. Así que sin más, ahí van 5 ventajas y desventajas de tener un e-reader.
Ventajas
1. Nunca más perderás la hoja en la que te quedaste. Un e-reader recuerda automáticamente la última hoja en la que dejaste un libro. Además puedes marcar las páginas que te interesan por alguna razón sin pegarle notitas fosforescentes. Mala suerte para los que venden separadores, eso sí.
2. Pesa mucho menos que un libro. Tengo unos 120 libros cargados en mi e-reader, que obviamente nunca podría cargar en mi mochila de otra forma. Incluso cinco o seis libros pesarían mucho más y ocuparían demasiado espacio. Tampoco junta el polvo que sí juntan 120 libros.
3. Puedes leer muchas cosas que de otra forma no leerías. Como los libros clásicos no tienen derechos de autor, son los más sencillos de conseguir. Algunos de esos libros llevan literalmente siglos sin editarse y otros tienen un precio muy elevado. Pero en el e-reader son gratis y se leen muy bien. Tengo varios libros de Arthur Machen que pensé que nunca conseguiría cargados, y a ratos leo pedazos de Le Rouge et le Noir en francés (venía ya precargado) para mejorar mi comprensión del idioma.
4. Puedes cambiar el tamaño de la letra. Cuando estoy algo cansado o voy en el transporte público, aumento el tamaño de la letra para leer más cómodamente. El único inconveniente es que hay que cambiar de página más seguido. Cuando el número de páginas no es problema, al final terminas por crecer el tamaño de la letra para no forzar la vista. Además, a diferencia de la pantalla de un ordenador, un e-reader no está iluminado por detrás, lo cual es un gran descanso para los ojos. A la larga, este va a ser el mejor argumento para usar un e-reader: cuidar la vista.
5. Nadie sabe que estás leyendo. Puedes estar leyendo el último de Dan Brown, una novela de Danielle Steele o el Ulises. Nadie se va a enterar, porque no ve la portada. Así que puedes darte a leer cosas culposas sin que tus amigos intelectuales te vean feo, o al revés, leer a David Foster Wallace sin que tus amigos anti-intelectuales te vean feo.
Desventajas
1. Ni son todos los libros que están, ni están todos los libros que son. A veces, el libro que quieres no tiene una versión electrónica. O la tiene, pero no puedes comprarlo por restricciones regionales o porque no está en un formato que tu e-reader pueda leer. Es un engorro que espero se pueda resolver en algunos años, pero de momento es real y bastante molesto. (No sé si esta sea una desventaja real: en papel tampoco encuentras todos los libros que quieres, más o menos por las mismas razones. Lo importante es que el libro electrónico no es todavía la panacea para el lector voraz, aunque sus capacidades técnicas lo permiten en teoría.)
2. La oferta de libros en español es bien pobre. Hacerte de libros en español, que no sean clásicos, es casi imposible. Al menos, es casi imposible hacerte de ellos por medios legales. La cosa cambia mucho si lees en inglés, francés o alemán. Claro que si tu interés es en leer en ruso o japonés, por ejemplo, el problema ya no es sólo la oferta, sino ciertas limitaciones técnicas (bastante estúpidas) para mostrar alfabetos que no sean el latino.
3. Un libro con mal formato puede congelar tu lector. Me pasó una vez y casi me infarto. Un libro con un índice mal diseñado provocó que mi aparato dejara de funcionar. Lo pude arreglar, pero requirió de paciencia, varias horas, y cierto conocimiento de informática que no cualquiera tiene. Moraleja: sólo adquiera libros electrónicos de fuentes confiables.
4. Tienes que cuidar al e-reader. He perdido unos 50 libros en mi vida y todos me han dado mucho coraje. (He perdido 3 copias de Rayuela, por ejemplo) Pero la idea de perder mi e-reader me preocupa bastante, porque su costo no es trivial. Casi me da el mismo miedo tirarlo y romper la pantalla. Por el otro lado, si pierdes un e-reader, los libros siguen almacenados en tu computadora.
5. Tienes que cuidar también el bolsillo. Hay dos razones por las que preferí mi Reader Pocket a un Kindle. La primera es que busque la mejor pantalla de tinta electrónica en el mercado y esa fue la que me compré. La segunda es que el Kindle tiene acceso directo a la tienda de Amazon. Es oquiere decir que puedes comprar un libro en donde sea, cuando sea. Si algo me podría llevar a la ruina, es tener acceso a una librería en todo momento. Bueno, eso y que Amazon puede borrar los libros de tu dispositivo en cualquier momento, sin avisarte, pero eso es una desventaja exclusiva del Kindle. De todas formas, comprar libros por internet sigue siendo fácil y rápido, y la tentación es enorme. Hay que tener cuidado.
En conclusión, si pudiera cambiar toda mi biblioteca por su versión digital, lo haría gustoso. Los libros más pesados y gordos son los primeros por los que empezaría: justo los libros que no termino de leer porque no puedo cargarlos a todas partes. Tendría mucho menos polvo en mi casa y espacio para otras cosas.
Ventajas
1. Nunca más perderás la hoja en la que te quedaste. Un e-reader recuerda automáticamente la última hoja en la que dejaste un libro. Además puedes marcar las páginas que te interesan por alguna razón sin pegarle notitas fosforescentes. Mala suerte para los que venden separadores, eso sí.
2. Pesa mucho menos que un libro. Tengo unos 120 libros cargados en mi e-reader, que obviamente nunca podría cargar en mi mochila de otra forma. Incluso cinco o seis libros pesarían mucho más y ocuparían demasiado espacio. Tampoco junta el polvo que sí juntan 120 libros.
3. Puedes leer muchas cosas que de otra forma no leerías. Como los libros clásicos no tienen derechos de autor, son los más sencillos de conseguir. Algunos de esos libros llevan literalmente siglos sin editarse y otros tienen un precio muy elevado. Pero en el e-reader son gratis y se leen muy bien. Tengo varios libros de Arthur Machen que pensé que nunca conseguiría cargados, y a ratos leo pedazos de Le Rouge et le Noir en francés (venía ya precargado) para mejorar mi comprensión del idioma.
4. Puedes cambiar el tamaño de la letra. Cuando estoy algo cansado o voy en el transporte público, aumento el tamaño de la letra para leer más cómodamente. El único inconveniente es que hay que cambiar de página más seguido. Cuando el número de páginas no es problema, al final terminas por crecer el tamaño de la letra para no forzar la vista. Además, a diferencia de la pantalla de un ordenador, un e-reader no está iluminado por detrás, lo cual es un gran descanso para los ojos. A la larga, este va a ser el mejor argumento para usar un e-reader: cuidar la vista.
5. Nadie sabe que estás leyendo. Puedes estar leyendo el último de Dan Brown, una novela de Danielle Steele o el Ulises. Nadie se va a enterar, porque no ve la portada. Así que puedes darte a leer cosas culposas sin que tus amigos intelectuales te vean feo, o al revés, leer a David Foster Wallace sin que tus amigos anti-intelectuales te vean feo.
Desventajas
1. Ni son todos los libros que están, ni están todos los libros que son. A veces, el libro que quieres no tiene una versión electrónica. O la tiene, pero no puedes comprarlo por restricciones regionales o porque no está en un formato que tu e-reader pueda leer. Es un engorro que espero se pueda resolver en algunos años, pero de momento es real y bastante molesto. (No sé si esta sea una desventaja real: en papel tampoco encuentras todos los libros que quieres, más o menos por las mismas razones. Lo importante es que el libro electrónico no es todavía la panacea para el lector voraz, aunque sus capacidades técnicas lo permiten en teoría.)
2. La oferta de libros en español es bien pobre. Hacerte de libros en español, que no sean clásicos, es casi imposible. Al menos, es casi imposible hacerte de ellos por medios legales. La cosa cambia mucho si lees en inglés, francés o alemán. Claro que si tu interés es en leer en ruso o japonés, por ejemplo, el problema ya no es sólo la oferta, sino ciertas limitaciones técnicas (bastante estúpidas) para mostrar alfabetos que no sean el latino.
3. Un libro con mal formato puede congelar tu lector. Me pasó una vez y casi me infarto. Un libro con un índice mal diseñado provocó que mi aparato dejara de funcionar. Lo pude arreglar, pero requirió de paciencia, varias horas, y cierto conocimiento de informática que no cualquiera tiene. Moraleja: sólo adquiera libros electrónicos de fuentes confiables.
4. Tienes que cuidar al e-reader. He perdido unos 50 libros en mi vida y todos me han dado mucho coraje. (He perdido 3 copias de Rayuela, por ejemplo) Pero la idea de perder mi e-reader me preocupa bastante, porque su costo no es trivial. Casi me da el mismo miedo tirarlo y romper la pantalla. Por el otro lado, si pierdes un e-reader, los libros siguen almacenados en tu computadora.
5. Tienes que cuidar también el bolsillo. Hay dos razones por las que preferí mi Reader Pocket a un Kindle. La primera es que busque la mejor pantalla de tinta electrónica en el mercado y esa fue la que me compré. La segunda es que el Kindle tiene acceso directo a la tienda de Amazon. Es oquiere decir que puedes comprar un libro en donde sea, cuando sea. Si algo me podría llevar a la ruina, es tener acceso a una librería en todo momento. Bueno, eso y que Amazon puede borrar los libros de tu dispositivo en cualquier momento, sin avisarte, pero eso es una desventaja exclusiva del Kindle. De todas formas, comprar libros por internet sigue siendo fácil y rápido, y la tentación es enorme. Hay que tener cuidado.
En conclusión, si pudiera cambiar toda mi biblioteca por su versión digital, lo haría gustoso. Los libros más pesados y gordos son los primeros por los que empezaría: justo los libros que no termino de leer porque no puedo cargarlos a todas partes. Tendría mucho menos polvo en mi casa y espacio para otras cosas.
Comentarios
Saludos!