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Magia urbana

18 de abril de 2005
Un pequeño milagro ocurrió ayer.

Como algunos de ustedes, reducida pero queridísima audiencia, ya sabe, escribo esta bitácora desde mi también muy querida pero muy traqueteada Toshiba Satellite. Tiene un procesador Pentium III con reloj de 750 Mhz y 128 MB de RAM. La falta de tarjeta gráfica le impide correr los juegos de moda.

Hoy vino a su humilde casa una persona muy querida para mí. Dejé la ventana del estudio abierta, cosa que rara vez hago, para dejar que saliera el humo de los cigarrillos. Un viento muy fuerte y frío comenzó a soplar. Después de un rato, llegó un apagón.

Mi vieja Toshiba tiene la batería muerta desde hace un año. Pero ayer la computadora se quedo encendida por más de una hora, como en los viejos tiempos. Después de que esta hermosísima persona se fue, decidí probar mi suerte: desconecte el cable de alimentación y mi laptop se apagó inmediatamente.

Ayer algo mantuvo mi computadora encendida durante una hora mientras no había corriente eléctrica y soplaba un viento fuerte, frío.

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