Pasa por estás fechas en México, sin pena ni gloria, la película española Alatriste, dirigida por Agustín Díaz Yanes, y basada en los libros homónimos de Arturo Pérez-Reverte. Las razones de ese pasar inadvertida son varias, y muchas de ellas poco cinematográficas; especialmente, el rechazo del público mexicano a las películas grabadas en su propio idioma. Ni siquiera la presencia de una estrella norteamericana, Vigo Mortensen, en el papel protagónico, pudo paliar dicho rechazo.
Sin embargo, hay otra razón para esta falta de audiencia, y es una razón genérica y por genérica, me refiero al género de la película, no a que sea una razón general. Alatriste es, claramente, una película con problemas de identidad.
En primer lugar, el también guionista de la cinta, Díaz Yanes, no se conformó con adaptar una de la serie de novelas que protagoniza el personaje de Alatriste, sino que las adaptó todas en una sola película. Algo en lo que deberían de reflexionar muchos otros adaptadores. En cuanto a su labor de director, esta adaptación lo llevó a tomar decisiones extrañas: la película nunca se molesta en explicar el trasfondo histórico, sino sólo en mostrar la vida del personaje: un soldado viejo de un Tercio de Flandes, dedicado ahora a la vida de aventurero.
Eso lleva, en segundo lugar, a un trabajo de edición por más extraño. La película está narrada en viñetas, a veces muy cortas, de varios episodios de la vida del protagonista. Es una edición cruda, de cortes duros en imagen y sonido, que las más de las veces desorientan al espectador. La siguiente toma puede tomar lugar cinco minutos o cinco años después, sin mucha guía.
En tercero, el trabajo del fotógrafo es muy deficiente. A pesar de la interesante propuesta de hacer que toda la película parezca un cuadro de Velázquez, el saco le queda grande. Hay mala iluminación, malos encuadres, borrosos, y movimientos súbitos que más recuerdan un documental que una película de época.
Pero, ¿será que Alatriste es una película de época? Aquí su crisis de identidad comienza. Promocionada como una historia de aventuras, de capa y espada al estilo de Los tres mosqueteros, la película es demasiado correcta históricamente, incluso en los combates; la edición ayuda al desconcierto, nunca se decide por completo entre la trama íntima, novelesca, y la historia épica del derrumbe del imperio español. Peor aún, atendiendo a los diálogos y a la personalidad de los personajes, la película es un western, no una historia de aventuras, ni un drama romántico.
Todo lo anterior provoca confusión en las expectativas del espectador: el que esperaba una aventura a lo Hollywood se verá decepcionado, pero el que esperaba un drama histórico europeo también lo hará. Por lo que sé, los fanáticos de las novelas de Alatriste también salen decepcionados.
En conclusión, las fallas de la película superan sus aciertos. Pero sus aciertos son tan buenos, que vale la pena verla. Vigo Mortenesen, que tiene el monopolio ahora internacional sobre héroes guerreros madurones, es un soberbio Alatriste. Dudo que Pérez-Reverte lo haya retratado mejor, a pesar de haberlo inventado. La dirección de arte, escenografía y vestuario son más que excelentes. Sobre todo, y a pesar de mi nacional desprecio por lo español, la película deja muy bien parado al españolito de a pie. Dan ganas de dejarlo todo y unirse a un tercio de Flandes. En definitiva, una película que se disfruta más si se va a verla sin expectativas.
[Addendum del 9 de mayo de 2007] En los comentarios de esta nota, Irving me hace notar que la frase "a pesar de mi nacional desprecio por lo español" es un comentario chauvinista y cargado de odio. Tiene toda la razón. Me disculpo por haber tomado una actitud tan idiota. Prefiero no alterar la nota, y dejar este addendum para dejar constancia de la falta, a modo que no se me olvide. Para los piadosos, ofrezco la siguiente errata: En el último párrafo, donde comienza "Sobre todo..." substituyase por "Sobre todo, la película resalta el coraje y la fuerza del hombre común frente a los juegos de los que se encuentran en el poder."
Comentarios
"mi nacional desprecio por lo español"
¿Alguna vez has oido hablar de algo parecido a un "español desprecio por lo mejicano? Posiblemente es porque eso no existe, por lo general los españoles consideramos a Méjico como una nación hermana, con los problemas de desigualdad propios de casi todos los estados americanos (dios salve a los canadienses), pero al fin de alcabo una nación hermana.
Supongo que fomentar el odio por otro es más fácil que empezar a trabajar por deshacer esas desigualdades. No te preocupes, lo mismo pasa en Euskadi es más fácil hacer que los jóvenes odien al resto de Españoles que darles trabajos de calidad.
Perdona si te he dado "la chapa" pero es que estoy seguro que tu y yo tenemos mucho más en común como ciudadanos del mundo de lo que tenemos con la mayoría de habitantes de nuestras respectivas ciudades... Todo es cuestión de no dejarse llevar por la masa.
Recibe un afectuoso saludo.
Si te das una vuelta por los comentarios de 20 minutos verás que no todos los españoles piensan como tú. Es decir, si he oído sobre un español desprecio por lo mejicano.
Habría mucho de que hablar de las rencillas que tenemos con los españoles, pero más bien con los que están acá. Por eso refiero que es un asunto nacional.
Eso sí, creo que tienes mucha razón. El comentario resulta nacionalista y odioso, y me disculpo si te sentiste ofendido. Si por algún lugar se empieza es por notar la falta y te agradezco que me la hayas hecho notar.
En definitiva, si tenemos mucho en común y habría que trabajar por deshacer las desigualdades, como tu mencionas.
Saludos afectuosos.
Me intriga eso que me dices de 20 minutos ¿puedes pasarme la reseña?
Recibo otro afectuoso saludo desde el (hoy)caluroso Madrid.
http://cuadernodesilicio.wordpress.com/2007/05/08/motivos-para-no-visitar-mas-a-20minutoses/
Saludos