El juego consiste en lo siguiente: un número inconmensurable pero finito de ángeles se amontonan uno al lado del otro sobre la cabeza de una aguja y luego se lanza ésta sobre un pajar infinito. Los otros jugadores, ángeles también, toman turnos de una década, una centuria, o un milenio, dependiendo de lo aburridos que estén (en la Creación ya no pasa nada), para encontrar la aguja en el pajar. El ganador, por supuesto, no es quien logre encontrarla, sino aquel ángel que, una vez encontrada la hebrilla de metal, haga pasar un camello por el ojo de la aguja mientras los ángeles sobre su punta bailan y cantan alabanzas al Señor. En casos de especiales, para este juego se han utilizado dromedarios, caballos e incluso sogas, pero ni siquiera los Tronos o las Potestades han logrado hacer pasar a un hombre rico por el ojo de la aguja.
En el blog de Federico Escobar se ha abierto una pequeña polémica en torno al premio Juan Rulfo 2009 , otorgado por Radio Francia International. El premio lo obtuvo el argentino Mariano Pereyra Esteban por «El metro llano» , con la novedad de que la organización ha puesto disponible el cuento ganador para su descarga. (Huelga decir que sería un buen momento para leerlo antes de seguir leyendo.) La nota expresa su extrañeza a que dicho texto haya ganado el premio. En los comentarios del blog el autor del cuento responde a los cuestionamientos de manera bastante mesurada y acertada, a mi parecer. Gracias a esta actitud es posible entender que por sobre las reticencias de Escobar se encuentran visiones opuestas de lo que debería ser un cuento. Dice Escobar: Ahora, sí creo que el cuento pretendía ser humorístico, tanto como pretendía ser artificioso en el lenguaje. Creo que cualquiera que lea el cuento estaría de acuerdo con que está escrito en un registro humorístico; cuando dije que el t
Comentarios
Que chido. Yo me conformo con mi serafín, en caso de que en realidad este ahí.