Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons
A lo largo de la vida de uno pasan varias cosas: te cansas más rápido, le tienes menos paciencia a los políticos y vuelven películas tus libros favoritos. Las más de las veces, esta es una operación destinada a la decepción. Recuerdo, por ejemplo, la adaptación de The Time Traveler's Wife que no es que estuviera mal, sino que se había dado a la tarea de eliminar todo lo que hacía bueno a la novela y dejar sólo las partes más sosas y predecibles.
Voy a aprovechar para decir una perogrullada. Una novela no cabe en una película. Como han demostrado The Wire, Game of Thrones, Los muertos y The Killing, entre otras obras, una novela cabe en una serie o una miniserie. Terry Gilliam quería hacer de Watchmen una miniserie. No consiguió el proyecto y así Zach Snyder transformó a la obra cumbre del noveno arte en una película del montón.
Es probable que haya muchos mejores comics que Watchmen, así como hay muchas novelas mejores que el Quijote (que también sufre en sus múltiples adaptaciones cinematográficas) pero no se puede negar su importancia. Desde aquellos años ochenta, no se ha vuelto a crear una obra tan importante como secuencias gráficas. Muchos la estamos esperando, pero tampoco a vuelto a aparecer otro Alan Moore.
En pleno siglo XXI, Watchmen parece más pertinente que nunca. Entre otras cosas, es una exploración sobre el poder, aquellos que lo detentan y lo que están dispuestos a hacer para conservarlo. Si no lo han leído, son lisiados culturales.
Comentarios
Miguel, lo de V for Vendetta no tiene nombre.