En el reacomodo de libros en el estudio, decidí dedicar un anaquel para todos los libros que tengo y que por una u otra razón, no he leído. Son unos 30. Están Cormac McCarthy, John Cheever, Sabato, Saramago, Fresán, Lezama Lima, Houellebec. Todo un festín. También en el reacomodo he ordenado libros por temas y autores. Mucha crítica literaria. Mucho Cortázar, Fuentes y Bolaño. También mucho Pynchon y mucho Daniel Sada. Lo peor de todo es que logré dejar un estante y medio vacíos: espacio para más libros. Claro, a fuerza de meter libros en cajas, regalar otros y desear no haber comprado algunos más. Por primera vez en mi vida me planteo la idea de que hay libros para conservar, para tener a la mano, y libros pasajeros, para vender a librerías de viejos o como papel. En esta última lista están todos los best-sellers que he ido acumulando con los años y algunos clásicos que no pienso volver a leer. Conservo con cariño, aunque sin mucha ilusión de conservarlo, mi primer libro: una novelización de El imperio contraataca.
Primeras impresiones de Bohemian Rhapsody Ok. Bohemian Rhapsody . Esta película me provoca sentimientos encontrados. Tiene muy buena factura. Algunos de los efectos especiales no son de la mejor calidad, pero es una biopic con efectos especiales: eso habla de un deseo de contar la historia de la mejor manera posible. El diseño de arte y el vestuario soberbios. Quizá dignos de un Oscar. ¿Pero la historia? No puedo ser nada objetivo porque no sólo me sabía la letra de todas las canciones, también sabía todas y cada una de las cosas que iban a pasar, incluyendo muchos de los diálogos. Pero me queda la impresión de que la historia nos queda debiendo mucho. Quizá sea el cambio de director a media producción, quizá la intromisión de los miembros sobrevivientes de la banda que cuidan demasiado la imagen de Mercury, quizá sea, como dice Brian May a media película, que las audiencias norteamericanas –para las que existe esta cinta– son puritanas en lo público y perversas en lo privado, pero...
Comentarios