(El logo del FONCA, tomado de su sitio en línea)
No es posible pasar un tiempo en la vidilla cultural en México, por corto que sea, sin escuchar hablar de las "becas del FONCA", comúnmente en frases como "son un fraude las becas del FONCA, otra vez no me la dieron", "desde que se sacó la beca del FONCA se cree mucho" o "claro que se la dieron, conocía al jurado". Si uno comparte unas copas con algún joven poeta o escritor mexicano, descubrirá que casi todos tienen una historia de intrigas, favoritismos y misterios sobre por qué no les dieron dicha beca. Así que, cuando en Tediósfera apareció una críptica nota sobre el FONCA Day, el día en que se anunciaban las famosas becas, me decidí a mirar un poco más de cerca el asunto. Hablaré sólo de la especialidad de Letras, que es donde puedo hablar con algo de conocimiento.
El pasado viernes se dieron a conocer los resultados de la convocatoria de Jóvenes Creadores, organizado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), en México. Se otorgarán 200 estímulos (este año se duplicaron), que consisten en una renta mensual de $7,967.00 pesos mexicanos por un año, es decir, unos 7400 USD por creador. En total, un poco más de 19 millones de pesos, que, se mire por donde se mire, no es tanto dinero, guardada la proporción con cómo se gasta el dinero en el país. Por ejemplo, en 2008 el gobierno federal gastó mil 464 millones de pesos en comunicación social.
De la lectura del acta de la Comisión de Selección, se desprende que el 10% de los 500 postulantes obtuvieron la beca. Esto no es aleatorio. De acuerdo al propio FONCA, las becas se otorgan en un criterio proporcional. Se otorgaron 15 becas respectivamente en poesía y cuento, las categorías con más postulantes, 14 en novela y sólo 6 en ensayo. Dejo al lector ocioso la tarea de ver si estos números también son proporcionales.
De la lectura del actas se desprenden otros datos mucho más interesantes: ninguno de los postulantes en cuento o ensayo tienen "Trayectoria B", es decir, tres o más obras publicadas. De entre los postulantes de novela sólo hay dos, pero en poesía hay once. Por un amplio margen, poesía es también el área con más aspirantes con al menos una obra publicada. Quizá estas cifras muestren un atisbo a los intereses de los jóvenes escritores en México y avisa de futuros problemas: una carencia de ensayistas y por tanto de crítica (para colmo, los concursos de ensayo son los que con mayor frecuencia se declaran desiertos) y una realidad editorial (y lectora) que va a chocar contra la marea de cuentistas y poetas que se vienen.
Por otra parte, el acta señala aquellos aspirantes que tienen alguna relación con el Comité de Selección, ya que los miembros de la comisión se abstienen de evaluar a los postulantes con algún vínculo laboral, personal o académico con ellos. No obstante, el resto del comité encuentra muchas de estas omisiones dignas de la beca. A saber, los que algún miembro se escusa de calificar, pero consiguen finalmente la beca son Luis Felipe Gómez Lomelí, Edgar Omar Avilés Martínez, Gabriela Vanessa Damián Miravete, Alí Calderón Farfán y Carlos Jair Cortés Montes.
Esta lista no debería sorprender a nadie y no es elemento para fundar ningún reclamo de parcialidad del comité. Una buena cantidad de los nombres de los seleccionados me es desconocida y no me sorprendería que para el comité fuera así también. Mi única preocupación real es que creo que no todos los jurados declararon todos sus vínculos. Después de pensarlo cinco veces, no voy a dar ningún ejemplo. No voy a mencionar nombres que quizá por un error de percepción mía resultarían en una acusación seria. También comprendo que resulta algo imposible que los miembros del comité no conozcan de una u otra manera a muchos más de los postulantes, aunque me habría gustado que en todo caso hubiera habido algo más de transparencia o claridad en lo que constituye un vínculo laboral o académico de acuerdo al Código de ética del FONCA. (Y perdón por andar de sospechosista.)
Por último, también me preocupa que no haya más transparencia en cuanto a la naturaleza de los proyectos seleccionados. Los he buscado por todas partes sin suerte. En la página del FONCA aparece la lista de beneficiarios desde 1989, pero no los proyectos ni sus resultados. En el blog de Tryno Maldonado, uno de los cincuenta beneficiados en la especialidad, apareció hace poco una nota, Los dispendios del FONCA, tomada a su vez de Proceso, en la que se señala que:
La publicación, el pasado 31 de julio, de la 13 edición de las becas del Sistema Nacional de Creadores evidenció no sólo la irresponsabilidad del sistema gubernamental de la cultura, sino también la falta de solidaridad social que manifiestan numerosos artistas. Subvencionados vergonzosamente por la ciudadanía, los creadores visuales beneficiados con los estímulos deberían hacer públicos los argumentos que los llevaron a solicitar las codiciadas becas.Ojalá dentro de poco no aparezca una nota así sobre el Programa de jóvenes Creadores. No hizo falta buscar demasiado para encontrar notas negativas sobre las becas. El problema de levantar la voz contra el proceso de selección cuando se participó en el mismo es que siempre se puede recurrir al argumento emocional de la envidia. Pero no estaría de más que fueran los propios artistas quienes demostraran qué es lo que buscan conseguir con ayuda de la beca. Dar a conocer su obra, al fin y al cabo, les beneficia a ellos mismos.
Comentarios
Un abrazo,
Gabriela Damián Miravete
http://naipesdeopalo.blogsome.com
Tu comentario me devolvió un poco de fe en la humanidad. Te agrego al Google Reader para seguir tu proyecto.
Saludos