La de ayer, 9 de agosto, es la mejor portada de HermanoCerdo desde que entré a colaborar como editor en la revista. Con el cambio de sitio se levantó la moral del staff, colaboradores y lectores, así que hemos notado una mejora importante en la calidad de los textos. Los invito a que vayan, se den una vuelta y vean si tengo razón o no. Pero quiero detenerme en la crónica/ensayo que publicamos el martes, "Después de Lalomanu" , de Jorge Salavert. Para quien no siga de cerca la revista, les comento que Salavert es la más nueva adición al staff de HermanoCerdo y, entre otras cosas, es una máquina de traducir, que además tiene una mano mágica para gestionar los derechos de traducción. Este ensayo/crónica, sin embargo, tiene muy poco que ver con la traducción aunque sí mucho con las palabras, con los momentos en que nos fallan, que suelen ser cuando más las necesitamos. Hace unas dos semanas, cuando leí por primera vez el texto, me puse a llorar. Luego le escribí a Salavert...